La Carretera Militar Georgiana
Apenas a una treintena de kilómetros al noroeste de Tbilisi, yendo por la denominada Carretera Militar Georgiana, se encuentra la ciudad de Mtsjeta, Patrimonio Mundial de la Unesco gracias a la majestuosa catedral de Sveti Tsjoveli. A primera vista, nadie diría que fue levantada en el año 1010. Sin embargo, su perfección encierra una historia trágica: el emperador ordenó que cortaran la mano de su arquitecto, Arsukidze, para que no pudiera volver a construir nada tan asombroso. La Carretera Militar Georgiana comunica Tbilisi con la ciudad rusa de Vladikavkaz, haciendo un impresionante recorrido por el Gran Cáucaso. Allí se esconde una de las maravillas de Georgia: la iglesia de Tsminda Sameba, encaramada a 2.170 metros de altura sobre el humilde pueblo de Kazbegi. El poeta georgiano Aleksandre Gomiashvili resumió así la hermosura del paraje: “¿Has visto a la reina del valle al amanecer? ¡Qué soberbia era la luz del sol aquel día! ¿Acaso es esto el paraíso?”.
En realidad, el edén que contemplaba Gomiashvili en 1929 es el mismo que eclipsó a los Argonautas: el país caucásico vecino de Turquía y Azerbaiyán que ahora se reivindica como el verdadero límite del continente europeo. Como ha dicho el optimista presidente Saakashvili: “Llegaremos a la UE antes de que el hombre llegue a Marte, y se va a llegar a Marte muy pronto”.
Fotografía: Manuel Ansede. Más en la revista Europa.
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