Jordi Ludevid: "Hay demasiados ejemplos de malas prácticas profesionales"
Parece que en el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, donde se agrupan los representantes colegiales, coexisten dos facciones, la de los partidarios de Hernández Pezzi y la de Ricardo Aroca. ¿Cómo afecta esto a los colegios?
[...] Cataluña cree en un Consejo ecuánime, cohesionado, útil, confortable para los colegios grandes, medianos y pequeños. Un Consejo que defienda, con resultados tangibles, los intereses legítimos de los arquitectos y que promueva, también con resultados tangibles, los valores específicos, mediterráneos, de la arquitectura española en un mundo globalizado, en tanto que interlocutor con las autoridades estatales. Si el Consejo no consigue esta cohesión, unidad, eficacia y también un buen ambiente al servicio de ambos objetivos, he de decirle que a Cataluña no le interesará. Ni a otras comunidades tampoco. Eso está claro.
El COAC sugirió un concurso abierto para la remodelación del Camp Nou, con el objetivo de dar una oportunidad a todos los arquitectos. ¿Qué opina del fervor por los arquitectos estrella de algunos ayuntamientos?
Actualmente, muchos proyectos ingresan en los despachos de arquitectura a través de concurso. Los arquitectos, hoy, concurren a concursos de arquitectura de todo el mundo, sean públicos o privados. Ejemplos de malas prácticas profesionales los hay y son demasiados. Al COAC lo que le interesa es centrar sus esfuerzos en la transparencia y la permeabilidad, acompañar a los operadores, públicos y privados, y, a partir de nuestra experiencia, garantizar que el concurso de arquitectura sea un proceso seguro, justo, eficaz y sobre todo abierto, para alcanzar el resultado pretendido, de principio a fin. Si no es abierto es innecesario.
Otra cuestión es cómo la arquitectura, bien gestionada y planificada, puede actuar como un factor positivo en la reactivación y regeneración de los espacios urbanos. Las buenas políticas de la Administración son esenciales para la construcción de un espacio público de calidad, que incorpore valor, que construya cohesión social y que sea motor económico, de prosperidad. No importan tanto los arquitectos estrella, mediáticos, sino los buenos arquitectos, que comprendan la faceta social y el entorno en el que se construye su arquitectura.
Jordi Ludevid acaba de cumplir un año como decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña. Más en la revista NaN.
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